martes, 26 marzo 2024

Uniformes… ¿a la moda?

El uniforme escolar, una pieza distintiva del estudiantado, sufre desde hace algunos años serias transformaciones causadas por quienes lo visten.

El uniforme escolar, una pieza distintiva del estudiantado, sufre desde hace algunos años serias transformaciones causadas por quienes lo visten.

¿Cómo usas el uniforme escolar?, fue la primera pregunta que realicé a una adolescente de secundaria básica en las cercanías del parque Vidal de Santa Clara. Aunque el evidente uso de la prenda por parte de la joven ya denotaba la respuesta:

“A la moda. La saya corta, como se usa, y apretada para que marque el cuerpo. Las medias cortas, pues en Cuba hay demasiado calor. Y con un peinado bonito, claro”, contestó con las más amable de las sonrisas y total sinceridad, pues a esa edad no se adorna demasiado lo que se piensa.

Y es que el uniforme escolar, una pieza distintiva del estudiantado, sufre desde hace algunos años serías transformaciones causadas por quienes los visten. Camisas, sayas y pantalones ya no identifican solamente a determinada enseñanza; ahora, junto a gorras, pulsos, collares, aretes y hasta zapatos en exceso llamativos muestran tanto en las aulas, como a la salida de ellas, lo último de la moda.

Cuando se les inquiere a los educandos del por qué de estas transformaciones arbitrarias a una pieza cuyo significado encierra respeto, responden que los diseños no se corresponden con los de los uniformes de adolescentes y jóvenes que ven en películas y series. “Esos sí que están volaos, expresó un estudiante de preuniversitario. Cuando los ves te das cuenta que tienen onda, el pelo puede ser de cualquier color y los pantalones se hacen tubitos o se ripian y no pasa nada. Además, puedes ponerte cuantos pulsos quieras, y eso es lo que le gusta a los muchachos de ahora”.

Tales argumentos, aunque cuestionables a mi entender, se corresponden con los ímpetus de la edad y el afán de imitar a cualquier patrón novedoso. Este criterio también es compartido por varios psicólogos.

“El adolescente se va a oponer a cualquier regla. Entre sus características está la búsqueda de una identidad, de un crecimiento personal, y la oposición a cualquier regla, hasta que alcanza el grado suficiente de madurez, que le permita asumir éstas de manera consciente”, expresó Emilio Nieto Medina, psicólogo del Centro de Estudios para la educación de la Universidad Central de Las Villas.

“Es lógico entonces que el uniforme no esté a su gusto, afirma Nieto Medina. Hay entonces dos consideraciones: contextualización temporal, o sea, como moda; no porque sea uniforme debe dejar de incluirse en eso; y están las características normales de la edad, donde ante cualquier regla o norma, el adolescente hará una resistencia”.

Sucede también que en muchas ocasiones familia y maestros no cumplimos nuestro rol de exigir el adecuado uso de la prenda, sin pensar muchas veces en los perjuicios de la permisibilidad.

Para Andrea, madre de un adolescente, el papel le corresponde a la escuela, “que para eso es la que tiene un reglamento, pues como madre me es difícil garantizar medias blancas y de determinado largo, imagínese si también le voy a controlar el color del pelo?”.

Por su parte, Juana Rodríguez, maestra jubilada, confiesa que el problema radica sobre todo en el aumento de un claustro joven en la mayoría de las escuelas, el que muchas veces viste de la misma forma que los educandos. “Y no se puede exigir si no se cumple la norma”.

El uso correcto del uniforme no constituye una norma arbitraria impuesta en el país, sino que es una práctica que acontece a nivel mundial. Cada institución docente del planeta, ya sea de carácter privado a público establece un reglamento de conducta y apariencia a cumplir tanto por educandos como profesores, pues esto significa la primera muestra de respeto a un acto tan vital como lo es la educación.

Por suerte, en tiempos modernos, todavía existen quienes reconocen y practican el adecuado uso de la prenda y comprenden que el vestirla significa mucho más que el acatar una norma.

“Para mí si es importante el uso correcto del uniforme pues eso nos identifica como estudiantes y ayudada a establecer una igualdad en un ambiente donde todos somos iguales, comenta Rocío, adolescente de preuniversitario. Además, el uniforme es para el aula, donde lo primordial es el conocimiento y su comprensión. Ya las fiestas son otra cosa”.

Lo cierto es que uniformes y uniformados seguirán generando polémica mientras se vean influenciados por la moda. Pero debemos tener presente que la pasarela difiere bastante del aula, y si importante es que cada cual se sienta cómodo con su apariencia y vestimenta, también sería agradable que cada quien lo use de forma decorosa.


Carmen Milagros Martín Castillo

Periodista Licenciada en Periodismo por la UCLV 2012. Editora del sitio web de Telecubanacán, amante del universo digital.

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