viernes, 19 abril 2024

Una vuelta a las esencias

No es este 17 de mayo de 2021 un Día del Campesino Cubano más. Es uno en que por imperativo de la necesidad nuestra sociedad toda, desde los estamentos gobernantes hasta el más sencillo ciudadano, han vuelto su mirada hacia los campos de Cuba y sobre todo hacia aquellos compatriotas que producen alimentos desde la tierra.

Desde joven escuché decir que la necesidad es la madre de muchas virtudes. Pues bien, la imposibilidad financiera de hacer grandes compras de alimentos en el exterior y la depresión en las producciones internas, han hecho que desde todos los estamentos sociales se haya retomado la conciencia de que el nuestro es un país esencialmente agrícola y que en las producciones agropecuarias están no solo la sostenibilidad alimenticia del país sino la posible fuente de grandes ingresos si hacemos bien las cosas.

Y digo lo anterior con la claridad de que ser eficientes en la agricultura no está reñido con ser un país de ¨hombres de ciencia y pensamiento¨, tampoco con ser un país con un apreciable nivel educacional, ni tampoco con desarrollarnos en la industria, ni reñido con nada terrenal o divino en nuestra Cubita la Bella.

Al contrario, la eficiencia en la agricultura hay que lograrla primero que todo con ciencia e innovación, esa misma que la Revolución ha fomentado con decenas de centros de investigación agropecuaria muchos de cuyos logros han dormido engavetados el sueño de la indolencia.

Nuestro nivel educacional también se aprecia en los campos de Cuba porque la educación nos es privativa de las zonas urbanas, sino patrimonio de toda la geografía cubana y un guajiro instruido le saca más provecho a la tierra porque la conoce más y porque la ama y cuida más.

Y en cuanto a las industrias, baste decir que toda agricultura eficiente y desarrollada parte de una industria fuerte que le aporte tecnologías e insumos y después esa propia agricultura cierra su ciclo productivo industrializando sus producciones dándole así mayor valor agregado.

O sea, bien que podría ser el sector agropecuario como otra locomotora más del futuro desarrollo económico, y su consiguiente prosperidad y sostenibilidad, al que con mucha lógica aspiramos aunque ahora la urgencia es alimentar bien al pueblo y dejar de comprar fuera lo que hace rato podemos producir en casa.

Y en todo ello el campesino o guajiro cubano es esencial, es el eslabón de la cadena que por pequeño que parezca facilita el engranaje por el que debemos movernos si es lo que lo atendemos y respetamos bien o simplemente lo traba si nos olvidamos de todas sus necesidades y lógicas aspiraciones porque para producir no basta con tener recursos y tierras, hacen falta también motivaciones.

Creo que la mejor felicitación que se hace por el Día del Campesino es el conjunto de medidas que se han decidido y se implementan para impulsar la producción agropecuaria. Casi todas son reclamos guajiros de larga data y que nacieron de la sapiencia  guajira y del deseo del hombre del campo de ser más útil a su país. 

Aunque no me consta, he escuchado que Samuel Feijoo, ese gran cubano medio olvidado, dijo o escribió que ¨ el guajiro era el cubano esencial¨. Aunque la expresión entraña el peligro de cualquier dicho absoluto, creo que es muy valiosa si no por su certeza por su intención.

Hoy que las miradas y empeños se vuelven hacia los campos y su poblador humano, hagámoslo no solo en la dimensión y reclamo de su función como productor de los tan necesarios alimentos. Eso es lo básico e inmediato, pero no olvidemos que ese campesino o guajiro es un ser humano  de cuerpo y alma de la tercera decena del siglo XXI, con una precedencia centenaria pero bien visto con una trascendencia vital para la actual y futura nación cubana. 


Luis Evidio Martínez Díaz

Periodista Graduado en la UH como Licenciado en Periodismo 1991, prefiere el debate y el análisis de los acontecimientos que le circundan.

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Un comentario en "Una vuelta a las esencias"

  1. Y algo que se quedó en este comentario sobre el Dia del Campesino y la Agricultura Cubana, y es que hasta puede tener su rol en el turismo porque las prácticas autóctonas de nuestro país, sobre todo las agroecológicas y más tradicionales como la cosecha del tabaco, las crías de ganado de forma natural en las fincas y otras muy específicas de Cuba pueden ser mucho interés para los extranjeros siempre que se promocionan bien y no se folkloricen o distorcionen para complacer gustos extrapolados. El guajiro sería aqui el guía turístico auténtico, nada de maniqueísmos improvisado…. Y además con su componente cultural de raíz campesina in Situ.