Una nueva cotidianidad con alerta…
Algunos se reincorporan a sus jornadas laborales, otros permanecen en casa, unos continúan el bregar diario que se ha hecho más intenso y estresante con la llegada de este nuevo Coronavirus. Las medidas de aislamiento social, exquisita higiene y distanciamiento entre personas sin besos y abrazos, deben continuar en nuestro actuar diario.
Las regulaciones acordadas por los gobiernos locales imponen la realidad ante la posibilidad de un retorno a la normalidad ansiada por todos. Pero si como en todo proceso no se actúa de manera consecuente y con responsabilidad, podemos pecar de ingenuos y confiados.
Un rebrote con nuevos contagios pudiera hacernos retornar al encierro obligatorio. Los últimos reportes de casos diagnosticados con el SARS-CoV-2 en Cuba han sido personas asintomáticas. Esto nos debe mantener en alerta pues nadie sabe si quien este a su lado tenga la enfermedad.
Tomemos experiencia de aquellas ciudades que en su retorno a la normalidad han sufrido un rebrote por causas disímiles. Porque aunque las autoridades dicten medidas, impongan limitaciones en ciertas actividades o se llame constantemente a la disciplina, la realidad es que si no prima la conciencia y responsabilidad individual, de nada servirán las anteriores.
Solo nuestro actuar individual logrará un beneficio colectivo: continuar dándole el jaque mate a la COVID-19.
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