martes, 26 marzo 2024

Primer grado a distancia: el reto de padres y niños

Sin dudas un curso escolar difícil para todos, un primer grado lleno de matices y retos, que poco a poco superarán nuestros pequeños con la ayuda de todos, maestros, padres, familiares. La realidad de esta pandemia nos ha trastocado la vida y cada uno de sus proyectos pero solo con fuerza y esperanza se puede superará esta pesadilla que más temprano que tarde llegará a su final.

Los recuerdos en mi mente, de los primeros momentos al iniciar la vida escolar hace más de dos décadas, se mantienen presentes y la alegría de aquel momento la reviví cuando mi niño de seis años inició su primer grado en la propia escuela donde yo estudié toda la enseñanza primaria.

Siempre imaginé que él disfrutaría tanto como yo de su escuela, sus maestras, compañeros, de esos sinsabores que a veces sentimos ante la burla de otros, pero que al pasar de los años entendemos que eran cosas de niños.

La realidad que marca nuestras vidas no quiso que fuera así. El inicio de su primer grado estuvo marcado por el nasobuco que cubría su sonrisa al comenzar esta nueva etapa de su vida. Su pañoleta la recibió de manos de su maestra y no de las mías como tradicionalmente sucede y que tanto disfrutamos los padres al sentirnos orgullosos de nuestros niños. Aún así la estancia en su aula la disfrutaba mucho cada día, y a su salida contaba con alegría lo vivido. Pero una vez más está pandemia cambio esa realidad dañada ya por su presencia. Solo dos meses pudo disfrutar de su maestra nueva y sus amiguitos.

El incremento del contagio obligó a regresar a casa y adoptar nuevas formas de aprendizaje ante una pantalla fría y con los regaños de mamá por la distracción constante.

Así conoce un mundo mágico y nuevo para él: el de las letras y los números. Los mimos de su maestra , su creatividad ingeniosa y el divertimento motivador a la hora de mostrarles una letra o número nuevo, se extrañan.

Hoy la educación de nuestros niños asume formas diversas en el mundo entero. Lo cierto es que cada día es un reto asumir el papel de maestros por los padres a familiares. La ausencia de pedagogía en nuestros métodos, la corta paciencia ante las equivocaciones, los regaños y las distracciones, hacen el trabajo más duro.

Y aunque en Cuba se brinda todo el apoyo por parte de maestros, instituciones, y el sistema educativo en general, la realidad es que la mayor carga la tenemos ahora los padres.

Resulta difícil gestionar el tiempo para dedicar las horas a teleclases, explicaciones constantes ante los contenidos nuevos, el trabajo, las labores de la casa, la búsqueda de los productos indispensables para alimentarnos y mantener la higiene, así como para resolver aquellas problemáticas familiares que impone la vida.

Por todo ello está marcada también la educación y enseñanza escolar de nuestros hijos por estos días. Y sin dudas la sobrecarga mayor recae en las madres, quienes asumimos todos los roles a la vez, aunque los hombres ayuden mucho. Sobre todo aquellas madres solteras que por obligación tienen que afrontar toda situación con valentía y a veces sin comprensión de muchos.

La hora del retorno al aula llegará y entonces el reto será mayor para maestros y profesores al diagnosticar quiénes aprendieron sin dificultad los conocimientos transmitidos mediante la pantalla y quienes llevarán más dedicación de su parte. Porque la realidad es que también sabemos que muchos padres dedicamos la atención necesaria para el aprendizaje, pero otros, por diferentes causas no lo harán, y cada niño tiene su ritmo de aprendizaje que ellos saben identificar muy bien y a nosotros nos cuesta reconocer.

Sin dudas un curso escolar difícil para todos, un primer grado lleno de matices y retos, que poco a poco superarán nuestros pequeños con la ayuda de todos, maestros, padres, familiares. La realidad de esta pandemia nos ha trastocado la vida y cada uno de sus proyectos pero solo con fuerza y esperanza se puede superará esta pesadilla que más temprano que tarde llegará a su final.


Sandra González Rodríguez

Periodista Graduada en Periodismo en la UCLV en 2011 refleja el acontecer de Villa Clara bajo el prisma de la juventud.

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