Porque nuestro voto cuenta
Creo que los cubanos estamos abocados hoy a la votación más interesante de todas cuántas hayamos hecho en las últimas seis décadas, o sea, en Revolución, y por lo tanto es en la que con más responsabilidad debemos comportarnos.
No estoy diciendo que el tema a votar o dilucidar sea el más importante que hayamos tenido, creo que fue el referendo constitucional, pero este sí es el primero donde hay una real diversidad de opiniones y dónde por primera vez, no hay una certeza plena del resultado.
Y es que el Código de las Familias toca asuntos que sin dudas tienen una connotación social pero que también se refiere a comportamientos y convicciones muy personales, y en ese último derrotero es donde los cambios son más lentos.
Creo que hoy se pone a prueba más que nunca aquello de la unidad en la diversidad, porque si bien muchos de los asuntos a refrendar ya se manifiestan en nuestra realidad, hay que darse cuenta de las connotaciones a futuro que tiene su refrendación legal.
Hoy se cocinan en las urnas,como un ajiaco criollo, la religiosidad, el machismo, la diversidad sexual, la responsabilidad familiar y social, la tradición paternal y maternal, la solidaridad, el compromiso político, la tolerancia y el respeto por lo otro y diferente, y hasta el enojo por las carencias de la cotidianeidad. De todo eso, y otros elementos que seguro olvidé, está constituido el mosaico de motivaciones que deciden hoy la votación.
Debemos ir a votar con la convicción clara de lo que es mejor para el país y hacerlo con total respeto a los demás, y cuando se sepan los resultados aceptarlos, tanto las autoridades como el pueblo, como un mandato popular que no tiene que ser definitivo, porque siempre habrá tiempo y camino para mejorar aquello que pudo ser hecho mejor.
Hoy, y en los próximos días, los cubanos tenemos en una votación la oportunidad de demostrar que de verdad estamos preparados para hacer mejor nuestro futuro.
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