Mallory los sigue guiando
En política hay asuntos que aunque pasen muchas décadas, siguen manteniendo su esencia ya sea de un signo u otro. Uno de esos casos es el Bloqueo que por más de 60 años le aplican los Estados Unidos de América a Cuba, lo que se ha mantenido con mayor o menor intensidad en cualquiera de las doce administraciones, desde Eisenhower hasta Biden, que han lidiado con la Revolución Cubana.
Aunque muy pronto Kennedy le dio cuerpo de Ley a esa postura política, y en lo sucesivo varios presidentes y el Congreso le hicieron sustanciales aportes legales, hay un documento que sin tener un carácter oficial que implicara su obligatorio cumplimiento, sí retrata los objetivos y el meollo del Bloqueo.
Me refiero a un memorándum secreto del Departamento de Estado, que con fecha 6 de abril de 1960, emitió un señor llamado Lester D. Mallory, quien era entonces el Vice Secretario de Estado Asistente para los Asuntos Interamericanos, o sea, el segundo funcionario en cuanto a rango en la cancillería norteamericana en lo que se refiere a políticas sobre los países del continente americano.
Desclasificado ya hace unos cuantos años el documento, puede calificarse como el Carné de Identidad de esa política pues retrata fielmente sus intenciones y formas de ejecución.
“La mayoría de los cubanos apoyan a Castro… el único modo previsible de restarle apoyo interno es mediante el desencanto y la insatisfacción que surjan del malestar económico y las dificultades materiales… hay que emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba… una línea de acción que, siendo lo más habilidosa y discreta posible, logre los mayores avances en la privación a Cuba de dinero y suministros, para reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno”.
En todos estos años en los único que no han sido fiel, y no les ha importado tampoco, a la letra y espíritu de ese infame documento es en eso de siendo lo más habilidosa y discreta posible. El bloqueo se constituyó en política de estado y sus formas de realización y el cuerpo legal que lo ampara son de todos conocidos.
Lo han hecho y lo siguen haciendo a despecho del Derecho Internacional de varios signos y a contrapelo de la opinión y del deseo de la inmensa mayoría de la humanidad y de los gobiernos del mundo, muchos de los cuales son sus aliados en política internacional.
Y para los que duden de la veracidad de esta opinión, les invito a analizar lo que está ocurriendo en estos días en Cuba donde una cierta cantidad de personas, no tantas como dice la prensa extranjera, han salido a las calles a protestas contra el gobierno cubano, al que culpan de las dificultades reales por las que pasamos, sobre todo las insuficiencias en el abastecimiento de alimentos, medicinas, cortes temporales de electricidad y carencias de otros servicios y abastecimientos.
Sin desdeñar los errores que se han cometido en la práctica económica de las últimas décadas, reconocidos por las propias autoridades cubanas, a cualquier observador objetivo, aunque no sea simpatizante de la Revolución, le queda claro que el bloqueo norteamericano es la principal causa de las carencias productivas, financieras y de servicios por las que pasamos a lo que se ha sumado, al igual que en el resto del mundo, el efecto paralizador y muy gastador que la Pandemia Covid-19 ejerce y tensa sobre economía cubana.
En estas circunstancias, el incremento brutal del bloqueo en los últimos dos años, con más de 200 medidas restrictivas, y que la actual administración demócrata mantiene, no hace más que seguir al pie de la letra las líneas directrices ¨trazadas¨ contra Cuba por el Vicesecretario Mallory hace más de sesenta años, con el objetivo de que “logre los mayores avances en la privación a Cuba de dinero y suministros, para reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno”.
Precisamente en esa cuerda se mueve la situación que están provocando con la esperanza de manipular a determinados sectores de la población cubana, sobre todo a partir de la mentira y la incitación a la desobediencia civil con la esperanza de que se creen situaciones conflictivas entre los propios cubanos y que justifiquen la intromisión en los asuntos internos de Cuba e incluso una intervención armada con el disfraz de ¨humanitaria¨.
O sea, te aprieto las clavijas, te privo de suministros elementales, te creo innumerables dificultades financieras y productivas, y cuando se observan los resultados, te culpo por ello e incito a las personas a sublevarse.
Como se dice: ¨no hay nada nuevo bajo el sol¨ en la esencia del bloqueo y en sus objetivos malsanos y lo que están tratando de lograr con la situación conflictiva que quieren crear, lo que obedece a un guión ya escrito por el señor Mallory desde abril de 1960.
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