martes, 26 marzo 2024

La vida continúa, pero la COVID-19 también

La vida continúa, pero la COVID-19 también, y a mi criterio con saña. Digo esto porque hace más de un mes que las cifras son alarmantes, superando los mil contagios por días.

Desde el pasado 16 de mayo para ser exactos estas cifras angustian, también las de fallecidos por día, aunque la cuota de responsabilidad individual también crece. Considero que influye en ello la alta contagiosidad de la enfermedad que demanda más cuidado y más responsabilidad.

Si bien llamamos a ¡no salir de casa! y soy de las que no me canso de reiterarlo, también entiendo la necesidad de acudir al trabajo, a hospitales o policlínicos. También las salidas para saciar las necesidades cotidianas de servicios, a los mercados, a puntos de ventas de productos alimenticios. En fin, la vida continúa como ya dije, pero extremar el cuidado se agiganta.

Las autoridades sanitarias y gubernamentales no se cansan de reiterar la necesidad de cumplir con las medidas sanitarias establecidas para combatir la epidemia, y unido a ello, ponen en marcha todos los recursos necesarios y existentes en el país para el combate. Los medios de comunicación masiva orientan, aconsejan y actualizan la situación epidemiológica del país y continúan con el llamado a la responsabilidad y al cuidado individual.

Las vacunas hacen lo que les toca, pero no son mágicas, la inmunización lleva su tiempo y mientras, ud, yo, todos, debemos seguir extremando las medidas para evitar enfermar.

A los ciudadanos les toca cuidarse, para cuidar a la familia y a todos los que lo rodean. No cansarse a la hora de extremar las medidas higiénicas, mantener el distanciamiento físico, usar la mascarilla; frases reiteradas pero válidas para evitar el contagio, lo cual no debe separarse de la acción inmunitaria que traerá la vacunación masiva.

No asistir al trabajo con síntomas catarrales o malestares confusos y acudir en cambio al médico en busca de un diagnóstico oportuno, es más que un deber de cada ciudadano, es salvaguardar su salud. Y eso es ganar la batalla por la vida.

Hoy, como todos percibo la epidemia de cerca. Conocidos y amigos que ya han enfermado, otros que han sospechado haber sido contagiados, me aseguran que extremar las medidas nunca sobran. Sus experiencias así lo confirman.

En muchos casos sin saber la procedencia de su contagio, aconsejan no descuidarse incluso en el hogar, cualquiera puede ser portador de la COVID-19 y lamentar que el resto de la familia se enferme, así me contó una amiga que aun después de enfermar y estar en casa de regreso, sana, asegura que el sueño parece haberlo perdido y el sobresalto de esos días aun no acaban, sin dejar de mencionar otras secuelas que aparecen cada día.

Otro amigo que necesitó ventilación artificial producto de la COVID –19, asevera que por esos días pensó que su vida llegaba al fin, cuando solo cuenta con 56 años de edad, una vida por delante y una familia que ama y que aún tiene que encaminar.

 “Aun cuando la fortaleza física te acompañe – me dijo- no estás seguro que sobrevivirás y temes por ello”, concluyó, eso sin dejar de pensar en el futuro que soñaste, y que no sabes en ese momento, si podrás construirlo.

Experiencias similares se hacen cotidianas. Ejemplos de contagiados recuperados que cuentan sus historias se reiteran y agradecen tanto empeño de los valientes de la salud que contribuyeron a que puedan contarla. Todos también llaman al cuidado individual extremo como única vacuna actualmente eficaz en el combate a la pandemia.

Revisar y extremar cada amanecer el cumplimiento de las medidas sanitarias en su hogar y por cada miembro de su familia, es no cansarse en esta batalla por la vida que continúa, y esta vez, por infortunio, junto a una epidemia que todavía contagia, enferma y mata.


Eleonora María Flores Pedraza

Periodista Licenciada en Historia y Ciencias Sociales 1984, muestra interés por el periodismo y los problemas de la sociedad.

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Un comentario en "La vida continúa, pero la COVID-19 también"

  1. Mucha razon lleva este comentario en todo, lo que me preocupa más es que esos mismos problemas y comprtamientos irresponsables se llevan manifestando y denunciando desde hace un año y no hay cambio de actitud, es como una muestra de irresponsabilidad generalizada…