jueves, 28 marzo 2024

La tv que queremos

Con 69 años próximos a cumplirse este 24 de octubre, la televisión cubana necesita revitalizarse para mantener a sus audiencias.

Con 69 años próximos a cumplirse este 24 de octubre, la televisión cubana necesita revitalizarse para mantener a sus audiencias.

El 24 de octubre salía al aire la primera señal televisiva en la Isla de la mano de Gaspar Pumarejo en un estudio improvisado que tuvo como set la casa de sus suegros. Desde entonces la televisión cubana fue tomando autonomía y generó espacios que calaron en el gusto popular y dejaron más de un recuerdo.

No es difícil escuchar hablar en casa a nuestros padres de las aventuras en vivo, de Para Bailar o Algo más que soñar. Programas que marcaron a generaciones que encontraron en la televisión refugio para su entretenimiento y gustos. Claro, hablamos de una época donde la experiencia audiovisual o exposición a materiales foráneos eran prácticamente nulos, pero, no cabe duda, que estos espacios poseían una calidad narrativa elevada.

El espacio de las telenovelas deslumbró a la isla desde que Sol de Batey nos reafirmará nuestra identidad latina y el gusto por un género difícil de no seguir y al que se le dedican las miradas más críticas. La esclava Isaura sedujo e inició un trayecto hacia las novelas brasileñas, una tradición dentro de los gustos populares y propuestas televisivas cubanas.

No tan antaño se recuerdan espacios juveniles como Enigma de un verano, Coco verde, Mucho ruido y en los destinados a niños La sombrilla amarilla, entre los más populares. Sin embargo, la existencia de programas llamativos no ha sido una constante en nuestra tv.

El deterioro y el mantenimiento de una parrilla que respetara la segmentación de audiencias y la variedad de públicos no ha sido estable. La pérdida de espacios juveniles influyentes, la mayoría de mala factura y con similar sello, la ausencia de presupuesto para la filmación de aventuras o series juveniles y la débil dramaturgia de las telenovelas cubanas se convierten en antagónicos para las expectativas nacionales.

Lo que sí ha visto un resurgir son los programas de participación. Esos que llegaron de la mano de Sonando en Cuba 2 y deslumbraron con las luces, la escenografía, el vestuario y la idea de show televisivo, acorde con las tendencias audiovisuales contemporáneas. Y sí, se han robado a los asiduos al paquete en estos horarios porque la televisión actual necesita contenido y envoltura.

Sin quedarse solo con el empaquetado deslumbrante, la televisión cubana, la nuestra, la autóctona necesita revitalizarse en tiempos de HD, televisión digital y paquetes semanales. No por el hecho de competir sino para mantener a sus audiencias. Esas audiencias que buscan encontrar respuestas a sus necesidades audiovisuales desde la pantalla del hogar y aún confían encontrar en ella propuestas atractivas.


Grettel Rodríguez Bazán

Colaboradora Licenciada en Periodismo por la UCLV 2009, disfruta las creaciones audiovisuales e imparte docencia sobre televisión.

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