martes, 26 marzo 2024

La base de la vida

Tanto padres como madres queremos que nuestros hijos/as sean mejores que nosotros y a veces ese deseo nos lleva a cometer errores en su crianza y en la exigencia sobre su futuro.

Una frase sobre lo que queremos los padres de los hijos que se hizo viral en Facebook hace unos días me hizo reflexionar.

Es cierto que tanto padres como madres queremos que nuestros hijos/as sean mejores que nosotros, y a veces ese deseo nos lleva a cometer errores en su crianza y en la exigencia sobre su futuro.

No quiero que mi hijo/a coma dulce porque es dañino para su salud, y soy capaz de comer hasta una barra de maní o de chocolate de un tirón. No quiero que abuse del móvil y que se haga adicto a las nuevas tecnologías y no me separo del mío. Quiero que haga tal y cual cosa que quise hacer y no pude por motivos más que suficientes, pero me gustaría que lo hiciera por mí, porque era mi vocación, mi sueño.

Todo esto lo pensamos, creyendo que así serán mejores seres humanos que nosotros, y no es cierto.

Es muy bueno que quiera que sean mejores, pero no es preciso, para ello, que vivan esa vida que quisimos vivir y no pudo ser.

¿Es posible criarlos para que no cometan nuestros errores? ¿Presionamos mucho para que sean mejores que nosotros?

Sucede muy a menudo, pero en realidad ellos son seres humanos libres y cometen sus errores con o sin presión nuestra, los mismos que cometimos nosotros u otros diferentes. Son libres de equivocarse y rectificar. Los padres solo le debemos indicar el camino a seguir, y mejor es ese camino cuando lo indicamos con nuestro ejemplo personal.

¿Qué pasa cuando los criamos para que tengan aquellas oportunidades que no tuvimos o realicen los sueños de la familia que no pudimos cumplir?

Una amiga siempre quiso que su hijo estudiara medicina porque ella no logró alcanzar esa carrera tan anhelada, y fue una lucha en la casa porque la vocación de su hijo era la mecánica. Esa que trae ropa sucia todo el tiempo como ella misma me dice a cada rato.

Recuerda: tus hijos/as son ciudadanos libres, tienen sus propios derechos, Hay necesidades como la educación, la alimentación, el abrigo y un techo que cuando son pequeños tienes que completarles como padre. Pero eso no te da derecho a limitarle a tus intereses su desarrollo, porque como seres humanos, son independientes de nosotros.

De ahí que no puedes exigir que hagan la vida que te hubiese gustado hacer y que no tuviste la oportunidad. Ellos harán la suya, enséñales a volar y lo harán con sus propias alas. Ese niño/a va a desarrollar sus propios dones, deseos y misiones. Y de seguro será mejor ser humano que lo que fuiste tú, pero siendo lo que quiera, no tu capricho.

Esa es la crianza respetuosa cuya base es el respeto al desarrollo humano y los derechos humanos de los niños y las niñas. Si hay algo que como padre o madre debes hacer es amar a tu hijo/a como es, no como te gustaría que fuera. Con el amor comienza la crianza, porque este es la base de la vida.


Eleonora María Flores Pedraza

Periodista Licenciada en Historia y Ciencias Sociales 1984, muestra interés por el periodismo y los problemas de la sociedad.

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