Fidel Castro y los jóvenes de hoy
“Creer en los jóvenes es ver en ellos, además del entusiasmo, capacidad; además de energía, responsabilidad; además de juventud, ¡pureza, heroísmo, carácter, voluntad, amor a la patria, fe en la patria!, ¡amor a la Revolución, fe en la Revolución, confianza en sí mismos!, convicción profunda de que la juventud puede, de que la juventud es capaz, convicción profunda de que sobre los hombros de la juventud se pueden depositar grandes tareas”. Fueron estas la palabras de nuestro Comandante en Jefe en la clausura del Congreso de la Asociación de Jóvenes Rebeldes, en el Estadio Latinoamericano, el 4 de abril de 1962.
En aquella ocasión, Fidel Castro sentenció que la juventud era la materia prima de la Patria, continuadora de la Revolución. Tales palabras hoy tienen total vigencia, pues son los jóvenes de hoy con la guía de los más experimentados los que llevan adelante la obra de la Revolución.
Ellos han sido imprescindibles en el enfrentamiento a la Covid-19. Desde el inicio de la pandemia, en marzo del pasado año, asumieron la pesquisa activa en la comunidad, el activismo en los barrios, la atención de pacientes en zona roja, las labores de servicios en centros de aislamiento y hospitales, jornadas productivas, así la actual campaña de vacunación.
Digno ha sido el actuar, además durante las últimas semanas en el apoyo a la provincia de Matanzas, donde médicos, profesionales de la enfermería, trabajadores por cuenta propia, han extendido su brazo solidario para ayudar a los vecinos de la ciudad de los puentes.
Muchos han sido los rostros jóvenes que ante los últimos sucesos sociales en nuestro país han salido a las calles a reafirmar su compromiso con el proyecto social cubano, que si bien es imperfecto y necesita cambios, es el más justo y humano.
En el escenario digital es admirable también la presencia de los jóvenes revolucionarios, quienes han respondido con argumentos maduros a esos que ciegos por el odio imperial, piden una intervención humanitaria en Cuba, sin apenas tener el mínimo de conocimiento de las consecuencias de lo que piden. Como dijera el líder de la Revolución en 1962, en nuestra juventud no solo podemos ver su alegría, su arrebato, su energía y entusiasmo. En nuestros jóvenes hay que ver también su frescura, su inteligencia, su carácter, su capacidad transformadora, su amor a la patria, su fe en el mejoramiento y el deseo de continuar la obra que se inició el 1 de enero de 1959.
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