martes, 26 marzo 2024

El amor en tiempos de coronavirus

Varias han sido las reacciones ante la ayuda de Cuba a los pasajeros del crucero británico MS Braemar, un acto solidario no será olvidado por nadie de buen corazón.
ms braemar-escambray

Qué lindo cuando los seres humanos se tratan como lo que deberían ser siempre, hermanos… Ya lo dijo el gran poeta alemán Schiller en su Oda a la Alegría y que inmortalizó Beethoven en su novena sinfonía… Ven, canta conmigo que los hombres volverán a ser hermanos… y no olvidemos a nuestro inmenso héroe, el más grande de los cubanos, José Julián Martí y Pérez cuando dijo… Cuba no anda de pedigüeña por el mundo, anda de hermana, y al salvarse salva, y obra con la autoridad de tal”.

Eso deberían ser siempre los humanos, hermanos en las buenas pero sobre todo en las malas, dejando el egoísmo y la mentira, que por encima de creencias políticas, religiosas y de otra índole estamos en este planeta para hacer el bien y tocarnos el corazón. Si actuamos como verdaderos seres humanos ni este coronavirus ni miles y peores pandemias nos pueden vencer porque no hay nada más poderoso en el universo que la fuerza del amor, porque el amor todo lo puede.

Lo anterior queda demostrado en la  acción de Cuba con respecto a los pasajeros y tripulantes del Crucero Británico. Me siento orgulloso de la actuación de mi país porque no se ha hecho para obtener ventaja alguna sino por un deber elemental con nuestros semejantes, estoy seguro que se hubiera hecho lo mismo con personas estadounidenses, israelíes o procedentes de cualquier país con grandes diferencias políticas con el gobierno cubano, porque se trata de algo superior a ser socialista, capitalista, cristiano, musulmán, budista, hebreo, hindú, animista o ateo reacio.

Se trata de seres humanos semejantes, hijos por igual de algún Dios o de nuestra bella naturaleza, la misma que estamos destruyendo por causa del mismo egoísmo que impidió que otros países, llamados libres, le dieran una mano a los que estaban atrapados en el Crucero y con peligro para sus vidas.

Pensándolo bien si quiero algo a cambio y es que algunos dejen de golpear y dañar a mi pequeña patria con sus medidas abusadoras e intencionadas políticamente pues  a quien le hacen daño es al pueblo cubano, el mismo que apoyó con todo la acción del gobierno para con los viajeros del Crucero. Solo pido eso que se opongan a los que siguen propinándonos sanciones y otros golpes inmerecidos, que los que vivimos aquí somos tan hijos del mismo Dios que profesan los poderosos o de la misma naturaleza que ellos espolian irresponsablemente.

 Ah y algo que será una verdad tan alta como un templo. Este gesto de Cuba no será olvidado por nadie de buen corazón y sobre todo por los que fueron salvados, y así será aunque lo silencien los grandes medios de comunicación y los perversos que solo ven nuestras máculas y es que este gesto es tan noble y puro que tiene la luz limpia y poderosa del más sencillo Cocuyo en medio de la noche más oscura.

Una vez más me siento orgulloso de ser cubano porque veo que nos faltan muchas cosas pero no la bondad del alma y solo por eso vale la pena vivir.


Luis Evidio Martínez Díaz

Periodista Graduado en la UH como Licenciado en Periodismo 1991, prefiere el debate y el análisis de los acontecimientos que le circundan.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *