jueves, 28 marzo 2024

Cosas de pelota

En tiempos de finales beisboleras más de un hogar cubano vive la pasión de los juegos minuto a minuto.

En tiempos de finales beisboleras más de un hogar cubano vive la pasión de los juegos minuto a minuto.

Roberto se levantó temprano e hizo todos los mandados. Fue al Sandino a hacer algunas compras, “lo que había Rosa, que no puedo inventar”,dijo a su esposa,  quería dejarlo todo listo no fuera a ser que su mujer se antojara de algún caprichito a última hora. A las dos se sentó frente al televisor “a pelear seguro”, le dijo al yerno, pero no puede evitarlo, el béisbol le corre por la sangre.

¡Cuántas cosas pueden ocurrir durante un juego! Roberto se levanta de su asiento intermitentemente, hasta apaga el televisor, da dos o tres vueltas por el apartamento y vuelve a sentarse. Mira de reojo al yerno, su rival en el juego. “Hasta parece que estamos viendo dos partidos diferentes”, refunfuñó en una de esas y discuten jugadas y decisiones con el calor de un buen fanático.

Rosa se asoma de imprevisto: “Roberto que te va a dar un infarto, déjate de bobería”, mas ella que no gusta de la pelota, también pasa y pregunta:“perdiendo de nuevo, están embarcados” y esta vez Roberto la regaña a ella: “que todavía no está perdido, que la decisión aquella no fue la mejor, que si el árbitro no da en el clavo, los narradores que ya nos dan por perdidos, ah!, pero si fuera industriales”.

Da otros paseos y termina siempre frente a su televisor, dándole ánimo a sus muchachos, “pero cuántos hombres van a dejar en base”. En ese instante Roberto puede ser árbitro, director, entrenador de pitcheo, él hubiera hecho todo diferente, él como cada uno frente a la transmisión o en el estadio, hubiera tomado otras muchas decisiones, y se lo cree con fervor y no hay quién le discuta. “Oye papi, que es solo un juego” le repite su hija, “todavía tienen que ganar dos más”, “pero este había que asegurarlo”.     

“Robe, entonces el tercero no lo ves”, se le ocurre decir al yerno, y Roberto lo mira: “eso crees tú, me voy pa´l Sandino y no a buscar viandas”. Roberto no puede evitarlo, volverá a coger “recondenaciones”, pero ahí estará de nuevo y hablará de ello en la guagua, en las paradas, en el trabajo, como un tema cotidiano, un tema de todos y con la pasión que le imprime a ese juego que es parte de su vida.

Acaban las transmisiones y aparece su nieto de solo 19 meses; lo mira: “abu, línea” y Roberto sonríe, habrán muchas más discusiones en el futuro.


Grettel Rodríguez Bazán

Colaboradora Licenciada en Periodismo por la UCLV 2009, disfruta las creaciones audiovisuales e imparte docencia sobre televisión.

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