sábado, 20 abril 2024

Con Abdala en el corazón y brazos

No es solo verbo, letra. ¡Cuánta vida hay en los versos martianos que, como tantos, los cubanos aprendimos de su poema dramático Abdala!

¿No contemplas/ el ejército ansioso que me aguarda?/ ¿No ves que de mi brazo espera Nubia/la libertad que un bárbaro amenaza?/ ¿No ves cómo se aprestan los guerreros?/¿No miras cómo brillan nuestras lanzas?/ Detenerme no puedo.

Esas emociones viven, vibran; se encarnan y se apropian. Son las que se translucen aun bajo las  máscaras protectoras de enfermeras en los vacunatorios y en los beneficiarios que reciben en sus brazos, además de tenerla en el corazón, a la cubanísima Abdala en intervención sanitaria con el candidato vacunal.

Hoy, desde otro escenario y espacio temporal, pero con el denominador común de  la canexión que nos recuerda ser cubanos martianos de alma y acción, Abdala forma parte del ejército que no aguarda, sino que enfrenta angustias y hazañas desde que se levanta hasta que se acuesta ante la  pandemia amenazadora.

Y no se detiene. Avanza en la lucha por la vida. Va en cada dosis suministrada en el brazo de trabajadores de la Salud, transportistas entregados al servicio sanitario, profesionales de los medios masivos de comunicación como grupos de riesgo en cumplimiento de misiones de enfrentamiento al  tiempo pandémico, de plomo que ha exigido compromiso y lucha.

Aunque no se grite a viva voz, en los tantos intervenidos con el candidato vacunal, tampoco hay silencio y  sí los generosos vítores  para  el ¡Viva Abdala!


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