jueves, 28 marzo 2024

A los hospitales se va con el traje de la decencia y de las buenas costumbres

La salud en Cuba es uno de los principales logros de la Revolución, al cual se le destinan cuantiosos recursos. Sin embargo, no siempre el comportamiento de la población en las instituciones de salud es consecuente con el esfuerzo del país.

La salud en Cuba es uno de los principales logros de la Revolución, al cual se le destinan cuantiosos recursos. Sin embargo, no siempre el comportamiento de la población en las instituciones de salud es consecuente con el esfuerzo del país.

Decían nuestros abuelos que al médico se iba con el mejor traje, esto incluía no solo el ropaje, sino las mejores normas de educación. Sin embargo, en la actualidad esta tradición parece extinguirse y en su lugar afloran manifestaciones de salvajismo y de mala educación.

Lo anterior se constató en el hospital ginecostétrico “Mariana Grajales” donde la entrada a la institución en cualquier horario, constituye una mala praxis que a diario pone a prueba la tolerancia del personal de seguridad.

“Trabajar como agente de seguridad en este hospital es muy difícil, pues a las personas no le importa el horario de visita, quieren entrar en cualquier horario, incluso borrachos, se manifiestan de manera agresiva cuando le llamas la atención, y han llegado hasta amenzar con armas blancas”, relata Ramón Leonel Moreno, Jefe de seguridad del hospital ginecobstétrico.

“El nacimiento es un acontecimiento único y la población hace de este una fiesta en la puerta del hospital, donde se pasan la noche bebiendo y sentados en las aceras y bancos para luego entrar a ver al recién nacido, sin percibir que ellos mismos le transmiten enfermedades y bacterias al neonato y a la madre”, explica Isdekys Milián Espinosa, directora de la referida maternidad.

En las salas, es habitual ver personas vestidas de manera incorrecta, más de un acompañante por paciente, incluso hombres en horarios fuera de visita y encima de las camas, manifestaciones de agresividad, indiferencia de una puérpera ante el señalamiento de una enfermera por incorrecta práctica de amamantamiento, así como altos decibeles de conversación.

“El comportamiento de la población en las salas del materno es muy malo, no cuidan la limpieza, botan los desperdicios de alimentos en los lavamanos y tazas, lo que origina constantes tupiciones. Además, las almohadillas sanitarias sucias las botan lo mismo en la ducha, que la dejan encima de las paredes que separan los baños, no descargan los baños, es una total indolencia por parte de la población que no cuida la limpieza, pero a la vez acusa a la institución por falta de higiene”, comenta la licenciada Dagneris Machado, jefa de enfermera de la sala de puérperas.

En el área de consultas la situación es muy similar: la población se aglomera en las puertas de consultas impidiendo el tránsito del personal médico y de enfermería, interrumpen las consultas; violando la privacidad del paciente, así como se acuestan y rompen los bancos.

Historias como estas transgreden a diario a los centros hospitalarios de la provincia. De allí la necesidad de divulgar el reglamento general de hospitales, establecido en el año 2007 por el Ministerio de Salud Pública, cuyos capítulos 18 y 19 se refieren a las regulaciones para los horarios de visitas, así como a los derechos y deberes del paciente y del acompañante.

Son tiempos de rescatar las buenas costumbres y  las normas de educación, máxime cuando acudimos a una instalación hospitalaria a la que el país le destina cuantiosos recursos. Como dijeran nuestros abuelos, a los hospitales hay que ir con el traje de la decencia y de las buenas costumbres, y esto lo digo para todos e incluyo a aquellos doctores, técnicos o enfermeras que no siempre tienen un buen carácter, pero que por suerte son casos aislados .

A las administraciones y a los trabajadores del sector de la Salud les corresponde brindar un servicio de excelencia como merece el pueblo, pero también exigir y hacer cumplir las normas establecidas en el reglamento hospitalario.   


Belkis Vidal Ramos

Periodista Licenciada en Historia y Marxismo por la UCP de Sancti Spíritus en 1993. Periodista de profesión y pasión.

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