El sí por un Código cubano que reconoce los derechos de todos

Precisamente, el reconocimiento de todas las personas en las diferentes relaciones, constituye una de las novedades más importantes del texto, pues no discrimina, no distingue y ofrece un estatuto jurídico a las familias contemporáneas.

De ahí que ese día será de oportunidad para demostrar, a través del SÍ, la democracia participativa que nos caracteriza como pueblo, y decidir por el código de nuestros hijos, nietos y de las generaciones futuras hasta que éstas protagonicen la próxima legislación, a partir de las condiciones y peculiaridades de ese momento.

Sin dudas, ha sido un proceso que, en la consulta popular en barrios y centros de trabajo, realizada desde febrero y hasta abril, ha generado también polémicas, pues estamos en presencia de un documento que apuesta por ser el manto protector de las familias cubanas, muy diversas en la actualidad.

Es por ello que, a la hora de analizar el tema, no se trata de pensar solo en el núcleo en que se habita, sino de extender la vista más allá.

Satisfechos al ver a todos reflejados en la nueva ley.

Que cada quien sepa valorar las cualidades renovadoras del Código a partir de su realidad, resulta sin dudas una muestra de la importancia de contar con esta legislación de avanzada, superior, revolucionaria, devenida en amplia fotografía de la Cuba de hoy.

En recientes encuentros con representantes de varios sectores en la provincia de Camagüey, el Doctor en Ciencias Leonardo Pérez Gallardo, miembro de la Comisión Redactora del Código, convidó a leerlo detenidamente y a la vez, razonar que vivimos en una sociedad heterogénea, en la cual todas las personas deben tener iguales derechos.

Cada quien posee su cosmovisión del mundo, y desde luego no todos podemos pensar de la misma manera, aseguró el experto al conversar sobre algunos conceptos que incorpora la ley, en el afán de visibilizar y dar sustento jurídico a otros que también necesitan respaldo y reconocimiento.

De esas temáticas se desprenden términos como la responsabilidad parental, el matrimonio igualitario, la adopción, el enfrentamiento a la violencia de género y la atención a los adultos mayores, que en su conjunto persiguen revitalizar valores que se han perdido desde la educación formal, por ejemplo, cómo comportarnos, sensibilizarnos con los problemas de los demás, y fortalecer los vínculos de fraternidad.

La última versión del Código de las Familias que irá a referendo, fue aprobada el 22 de julio último en sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, tras la consulta popular en la que participaron más de seis millones de ciudadanos con alrededor de 434 mil 860 propuestas, más del 60 por ciento de ellas opiniones positivas, que permitieron enriquecerlo con las vivencias y la sabiduría de la población, y de los especialistas del Derecho.

Se trata de una ley renovadora, norma jurídica que refuerza y enarbola los principios de igualdad y no discriminación recogidos en la Constitución de la República, proclamada en abril de 2019 y que rige los destinos de la nación.

Son múltiples las razones entonces para refrendar el SÍ a favor de este nuevo Código de las Familias el 25 de septiembre, cuya prueba dinámica tendrá lugar mañana domingo, para evaluar el alistamiento de los colegios electorales y los asuntos organizativos en las circunscripciones y Consejos Electorales.

Ejercer nuestro derecho al voto favorecerá ratificar un código de avanzada, progresista y más parecido a los tiempos que vivimos como sociedad.

Cada quien con sus razones bien claras contribuirá a legar a hijos, nietos y parientes más jóvenes un texto que abraza a todos, sin distinción de raza, edad, orientación sexual y tipo de sangre, y que sin dudas revoluciona el concepto de familias en Cuba.

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