martes, 26 marzo 2024

Cuatro apuestas cubanas contra el SARS-CoV-2

Cada día los titulares de prensa se hacen eco de la labor de miles de científicos en el mundo por lograr una vacuna efectiva que ponga fin a la pandemia de la COVID-19, enfermedad que ha causado ya más de dos millones de fallecimientos en el orbe.

A la vez, nombres como Spunik-V, Pfizer-BioNTech, Moderna y AstraZeneca alimentan las ansias de millones de personas por volver a abrazar a sus seres queridos; pero ese logro de la ciencia tiene un alto precio, y no es accesible para todos.

La carrera por alcanzar la cura a la peor emergencia sanitaria del último siglo no está exenta de intereses geopolíticos, ni económicos, y el poder del dinero aumenta cada vez más la brecha entre ricos y pobres.

Actualmente, los precios varían entre 10 y 35 dólares una dosis y solo se han aplicado en 13 países, 108 millones de vacunas, poco más del uno por ciento de la población, afirmó en fechas recientes Eduardo Martínez Díaz, presidente del Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica (BioCubaFarma).

En contrapartida a los monopolios biotecnológicos, Cuba apuesta por desarrollar candidatos vacunales propios, con la capacidad necesaria para inmunizar a toda su población, a partir de la experiencia acumulada en el desarrollo de vacunas.

Ocho de las 11 incluidas en el programa ampliado de inmunización son de producción nacional, lo que permite una cobertura de vacunación en el país superior al 98 por ciento, lo cual ha reducido la incidencia de la hepatitis y las meningitis, a la vez que erradicó la tosferina, el sarampión y la rubeola.

Los candidatos de la Isla tienen la potencialidad de utilizar plataformas tecnológicas que han demostrado seguridad y efectividad en preparados anteriores; además que al ser propias pueden reajustarse las dosis y las formulaciones de acuerdo a distintos grupos poblacionales.

En ese sentido, los científicos consideran que la población hay que segmentarla, porque no es lo mismo vacunar a personas con comorbilidades que sanas, o a niños y convalecientes.

Otra de las ventajas es que pueden complementarse entre sí y emplear dosis de refuerzo ante las nuevas variantes del SARS-CoV-2.

Además, el tener una vacuna propia también garantiza mantener una vacunación a futuro, en caso de que el virus sea endémico o estacionario.

Avanzar en los cuatro candidatos lejos de ser un inconveniente para la industria cubana asegura el éxito, pues en cada nuevo ensayo clínico se vislumbra la posibilidad de regresar y reformular las dosis y mientras más opciones se tengan, mayores son las posibilidades de alcanzar la eficacia y la respuesta inmune deseada.

Soberana 01, Soberana 02, Abdala y Mambisa: llaves para una sola puerta

2010 SOBERANA

Soberana 01, primer candidato cubano anti-COVID-19 y primero también de América Latina y el Caribe, quedó inscrito el 13 de agosto en el Registro Público Cubano de Ensayos Clínicos y para el 24 de agosto comenzaron los estudios; a partir de ahí otros llegarían después.

En declaraciones previas, Vicente Vérez Bencomo, director general del Instituto Finlay de Vacunas (IFV), comentó que para el candidato se diseñaron tres formulaciones y en el ensayo con 60 sujetos demostró seguridad, pues entre el 80 y el 90 por ciento de las personas tuvieron inducción de anticuerpos frente al virus.

De igual forma señaló que quienes recibieron una tercera dosis elevaron a un 95 por ciento la capacidad de generar anticuerpos con niveles muy importantes de neutralización, resultados que posibilitan proseguir a la fase II-III prevista para marzo, la cual debe involucrar entre 40 y 50 mil personas y tendrá un grupo placebo.

También existe un estudio de Soberana 01-B, asociado a las mutaciones del nuevo coronavirus y que se desarrolla con el Instituto de Hematología e Inmunología, donde a 30 convalecientes se les aplicó la primera dosis.

Asimismo, Soberana 02, avanzó a Fase II de forma más acelerada y se convirtió en el primer candidato vacunal de América Latina y el Caribe en llegar a esa etapa de estudio.

En su primera fase mostró seguridad y eficacia en cuanto a generación de anticuerpos, ya que más del 70 por ciento de los pacientes presentaron una fuerte respuesta celular a la primera dosis, expresó Vérez Bencomo.

La Fase II-A incluyó a población de hasta 80 años, con una respuesta muy similar, de ahí que empezara en enero la Fase II-B con 810 participantes, en los cuales hay placebos y ya alrededor de 700 voluntarios recibieron la primera administración.

Actualmente se diseña una Fase III de Soberana 02 para marzo, la cual se implementará en la provincia de La Habana en alrededor de 42 mil personas, y de ser favorables los resultados de ambos estudios podría evaluarse un esquema de vacunación de dos dosis de Soberana 02 y una tercera de Soberana 01.

Resultado de imagen de site:www.acn.cu vacunas abdala

Asimismo, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) prevé avanzar el próximo mes a la Fase III de los ensayos clínicos del candidato vacunal Abdala (CIGB-66), que se encuentra en la Fase II con sujetos de 19 hasta 80 años de edad.

Marta Ayala Ávila, directora general de la institución explicó que hasta el momento los voluntarios tuvieron una respuesta intensa y elevada de anticuerpos específicos y el candidato es capaz de neutralizar la unión del virus a la célula.

El CIGB desarrolla de igual manera el ensayo clínico Mambisa (CIGB-669) que explora la vía nasal y aprovecha el resultado precedente de la vacuna recombinante contra la hepatitis B.

El ensayo clínico Mambisa incluyó 88 voluntarios, distribuidos en cuatro grupos de estudio, en el Centro Nacional de Toxicología de La Habana y al día 56 todos los participantes recibieron las tres dosis de vacunas con escasas reacciones adversas.

La directora general del CIGB dijo que el candidato vacunal ha demostrado ser seguro y bien tolerado, por lo que una vez que concluya la actividad analítica se prevé iniciar la Fase II.

Los satisfactorios resultados de los cuatro candidatos cubanos hacen que cada vez esté más cerca la posibilidad de una inmunización para la población de la Isla, aunque la ciencia tiene sus tiempos y deben respetarse para lograr un mejor resultado.


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