jueves, 28 marzo 2024

Vivir por alguien más

Es el de la familia un concepto sagrado para el pueblo cubano. La denominada célula fundamental de la sociedad, constituye no solo fuente de valores, tradiciones y principios, sino excepcional ámbito de definición individual.

Es el de la familia un concepto sagrado para el pueblo cubano. La denominada célula fundamental de la sociedad, constituye no solo fuente de valores, tradiciones y principios, sino excepcional ámbito de definición individual.

Sobra decir que lo aprehendido al calor del cariño y la educación familiar, forma parte del legado que brindamos después a esa estructura de fidelidad y amor que fundamos.

Los lazos que nos unen a nuestros seres más queridos son, por lo general, el pilar donde descansa nuestra fuerza, la voluntad que nos inspira cada día, la esperanza necesaria cuando las cosas no marchan bien.

Es esa misma familia la que nos ayuda a construir y realizar nuestros sueños, porque forma parte de los momentos más importantes de nuestras vidas. En los buenos, comparten toda la alegría, y en los difíciles, son siempre el cálido abrazo que nos permite sentirnos a salvo.

¿Puede alguien dudar entonces de lo necesaria que resulta en este oscuro y triste pasaje que vive la humanidad?

Algo imprescindible para hacer frente a este inesperado «hoy» es, precisamente, preservar y fortalecer esos lazos que nos unen a nuestros seres queridos. Ya sea en el seno del hogar o distancia por medio, mucho puede hacer ese estrecho círculo en función de la tranquilidad, la protección y el apoyo a cada uno de sus miembros.

La unidad y el consenso no son únicamente las líneas que, como sociedad, defendemos, también son indispensables al interior de la familia. Saberse cada uno responsable por el otro, saber en qué medida nuestra actitud consciente frente a esta pandemia, puede mantener a salvo a quienes nos acompañan, será, sin duda. motivación invaluable para pensarlo dos veces antes de violar lo establecido.

En medio de la complejidad de estos días, cuando nos golpean el estrés y la preocupación, recurramos al diálogo hogareño, a las maneras de recordarles a esos seres especiales cuánto los amamos, y tengamos presente que son esos sentimientos entrañables y profundos, la manera de hacer más llevadera la espera de ese soñado momento en que derrotemos a tan mortífero y silencioso enemigo.

Hagamos de la familia el talismán de nuestra paz, de la serenidad que no puede ahora faltarnos, para que perder a uno de ellos sea un hecho propio del curso de la vida, pero nunca el fruto del descuido o la ignorancia intencional.

Así, cuando todo pase, cuando las oscuras nubes del peligro despejen nuestro cielo, allí estarán ellos para nosotros y nosotros para ellos, porque eso es la familia: la hermosa seguridad de vivir, también, por alguien más.


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