jueves, 28 marzo 2024

Una mezcla de salud y belleza

Pruebe y verá su casa bella y libre de preocupación en cuanto a su salud y la de su familia con la siembra de plantas medicinales.

Siempre me refiero a mi abuela materna al realizar tareas domésticas u otras similares, porque fue con la que conviví el mayor tiempo de mi niñez, adolescencia y juventud, y de ella aprendí trucos y habilidades útiles para la vida.

En fin, por estos días en el camino a mi bodega, quizás por casualidad, me detuve frente al consultorio del médico de familia, ese al que asisto con la sistematicidad que conlleva el chequeo de la salud, pero que no había tenido la oportunidad de mirar su patio con la misma óptica de esta vez. Encontré allí un jardín de plantas medicinales y fue entonces que recordé mi niñez en mi natal Mata.

Una casa con un patio todo mezclado entre plantas ornamentales, medicinales y hasta de frutas, recuerdo de entonces. Mi abuela solía sembrar las más diversas plantas en cazuelas, palanganas viejas y otras vasijas que ya no usaba en las tareas domésticas y que eran destinadas a ese fin.

Conocí desde pequeña la manzanilla, la caña santa, el tilo, quita dolor, hierba buena, la albahaca morada y blanca, y disímiles plantas y sus propiedades curativas. Muchas veces las dolencias de entonces se curaban sin asistir al médico y no por lejanía, ni por falta de medicamentos, porque vivía a pocos metros del policlínico con un doctor de inmediato, y a pocas cuadras de una farmacia dotada de medicamentos para todo mal.

Simplemente que muchas de las enfermedades tenían su cura en aquellas plantitas que teníamos en nuestros patios. Digo nuestros, porque la mayoría de los patios de mi pueblo eran adornados con ellas. Muchos de los que recuerdo de aquel entonces se parecían mucho al de mi abuela.

Nuestras abuelas/os conocían qué infusión hacer para cada malestar y de inmediato su mejoría. Enfermedades del estómago, la fiebre, el catarro y tantas otras se curaban sin la asistencia médica. No era una automedicación, sino una alternativa para no acudir a la medicina de laboratorio y que también habían aprendido de sus antepasados.

Después de adulta, primero olvidé este modo de curar diferentes enfermedades y posteriormente comencé a conocer esa misma cura con el nombre de medicina natural tradicional (esta medicina, es más amplia en su concepto, pero incluye la cura a través de hierbas medicinales, esas mismas que había aprendido de niña), y hoy es al revés, es el médico quien te recomienda la elaboración de infusiones derivadas de plantas medicinales como alternativas para la salud, y muy pocos patios visten de gala con esas plantas.

Se me ocurre hacer referencia a una en particular, la Caña Santa, que también conocí en mi niñez para varios usos, luego escuché su contraindicación al beber su infusión porque sus cristales dañan algunos órganos y, en fin, hoy en día se recomienda para el control de la hipertensión arterial y otras dolencias.

La Caña Santa (Cymbopogon citratus (DC.) Stapf) es una hierba perenne, robusta, de hasta 1 metro de altura, originaria de India y otras regiones de Asia sur oriental. Es muy utilizada como planta medicinal por las propiedades curativas que posee.

Otros nombres comunes con los que también se le conoce son la Cañita santa, Caña de limón, Cañuela santa o Cañita de limón. En la actualidad permanece cultivada en muchos países tropicales del Viejo y Nuevo Mundo. Localizada en patios y jardines. Llevada a cultivo comercial en Alquízar, La Habana y a escala experimental en otras regiones. Se obtiene fácilmente en mercados de hierbas.

Los usos principales de esta planta en la medicina tradicional mexicana son para tratar la diabetes, problemas urinarios, enfermedades venéreas (gonorrea), cómo diurético y contra cáncer del riñón (Adame and Adame, 2000; Johnson, 1999; Martínez, 1989; Morton, 1981).

En Cuba, sus propiedades medicinales reconocidas son Cardio-circulatorio: Antihipertensivo, digestivo porque es antiespasmódico y respiratorio como antiasmático. Tiene su uso en enfermedades de la piel y la mucosas como antifúngico y antibacteriano. No es recomendable en gastritis, úlceras gástricas y afecciones renales.

Son las hojas su parte útil y puede realizarse su recolección en cualquier época del año. Cortar las hojas a no menos de 10 cm de la superficie del suelo, para permitir la recuperación del follaje.

Elaborar una infusión y luego colarla en un paño o gaza estéril antes de beberlo se ha comprobado su eficacia en el control de la hipertensión arterial. Estos datos los confirme luego de leer un trabajo de fórum de un equipo de investigación compuesto por los especialistas en Medicina Natural Tradicional Lic: Ibrahim Gracia Larrondo, la Dra. Yaylien Hernández Pérez y la APS: Berkis Hernández López.

Hoy que la COVID 19 nos encierra la mayor parte del tiempo en casa para evitar el contagio y la propagación de la enfermedad, y en ocasiones nos sentimos aburridas/os sin saber cómo emplear nuestro tiempo libre, pues busque también como nuestros abuelos/as, todo aquel recipiente desechable (para evitar gastos de los bolsillos) y siembre en ellos esas y otras plantas que ya mencioné.

De seguro encontrará una doble razón: adornar patios, portales, terrazas y balcones, y tener a la mano una medicina que no por ser de antaño deja de ser muy eficaz a sus malestares actuales de salud.


Eleonora María Flores Pedraza

Periodista Licenciada en Historia y Ciencias Sociales 1984, muestra interés por el periodismo y los problemas de la sociedad.

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