martes, 26 marzo 2024

La inocuidad de los alimentos, prioridad en estos días

En estos tiempos en que la humanidad combate al nuevo coronavirus, se incrementa la necesidad de velar por la inocuidad de los alimentos para evitar la trasmisión y padecimientos de enfermedades derivadas del mal manejo de la higiene de todo aquello que consumimos.

Por estos días en que muchos estamos trabajando desde casa en la cuarentena provocada por la COVID – 19, o nos quedamos en ella para evitar el contagio, y no frecuentamos restaurante, cafeterías y otros establecimientos que expenden alimentos para pasar un rato con familiares y amigos, tenemos la posibilidad de solicitar el servicio a domicilio.

Confiamos en la elaboración adecuada y con las condiciones higiénicas que merecemos y sobre todo condiciones que deben extremarse para evitar enfermar o ser infestados por el nuevo coronavirus que tan alto índice de contagio trasmite. De ahí que recuerdo lo imprescindible de la inocuidad de los alimentos.

Las Enfermedades Transmitidas por los Alimentos (ETA) son responsables de altos niveles de morbilidad y mortalidad en la población general, pero en particular entre poblaciones y grupos vulnerables, tales como lactantes, jóvenes, niños, ancianos e inmunocomprometidos. Por eso hoy en tiempos de  coronavirus vuelvo a recordar aquella entrevista.

Algunos alimentos antes de ser elaborados contienen bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas nocivas que causan más de 200 enfermedades, desde la diarrea hasta el cáncer que para evitarlas se hace necesario cumplir con las reglas de oro que garantizan la inocuidad de los alimentos.

Reglas que deben aplicarse durante su producción, almacenamiento, distribución y preparación, que aseguran que una vez ingeridos no constituyan un peligro para la salud.

Normas que se refieren a mantener la limpieza, separar alimentos. crudos y cocinados, elaborar o cocinar completamente los alimentos.  Mantener estos a temperaturas seguras y usar agua potable, y materias. primas seguras.

Cuando se caliente los alimentos que fueron antes elaborados para consumir un tiempo después, se hace necesario calentarlos suficientemente y no consumirlos cuando estén expuestos a temperatura ambiente.

Muy importante también es asegurar una correcta higiene de la persona que va a manipular los alimentos y una limpieza adecuada en todas las superficies de la cocina, así como mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y animales de compañía. Estas normas también son válidas para la elaboración diaria de los alimentos en nuestras casas.

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Más de 200 enfermedades de trasmisión alimentarias aparecen en el mundo por la violación de estas normas y si no cumplimos con ellas, podemos enfermar.

El control de la calidad de lo que consumimos es de obligatoria observancia y  compete a productores, transportistas, industrias, comercializadoras, y sobre todo a los consumidores.

Para estos últimos la percepción y el control del peligro que se deriva de la cadena alimentaria, esa que va desde la granja hasta la mesa es imprescindible.

De ahí que hoy más que nunca cuando enfrentamos la dura batalla contra la COVID- 19 la inocuidad de los alimentos es tarea de todos, y aunque en el país se trabaja en esta línea a través de los organismos que intervienen en las fases de la cadena alimentaria tenemos que insistir en que es un asunto que incumbe a productores, transportistas, industrias, comercializadoras, y particularmente a los consumidores.


Eleonora María Flores Pedraza

Periodista Licenciada en Historia y Ciencias Sociales 1984, muestra interés por el periodismo y los problemas de la sociedad.

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