Galería de rostros al pastel
Durante las dinámicas impuestas por el enfrentamiento y control a la Covid-19, el joven artista manicaragüense Leonardo Fuentes Marín pensó e hizo arte. A tres obras anteriores adicionó más de una decena de nuevas creaciones a su producción plástica en las que eligió trabajar el retrato al pastel, género y técnica que cuenta con notables antecedentes en la pintura cubana y en particular santaclareña.
“Me interesa la técnica y disfruto trabajarla, lo que más se hace con el pastel es el retrato y por eso me enfoqué en él”, aseguró Fuentes Marín cuyos destellos hacia el rigor de lo académico se vislumbran en las mejores piezas de la serie de rostros al pastel de la muestra personal “Apastelado” expuesta en la Galería de Arte Hurón Azul de Manicaragua que como espacio promocional favorece la visualidad de la obra de los nuevos creadores.
El retratista y el retratado estuvieron frente a frente, sus miradas se cruzaron, quizás sus historias también. Y en la búsqueda de ese acercamiento, cada trazo reflota lo va por dentro del otro, así en cada obra el retratado y el artista están expuestos en un juego mucho más literal por tratarse de rostros.
Para su galería Leonardo tomó a personas allegadas, vecinos, amigos, algunas constituyen referentes o íconos tanto en lo profesional como en lo familiar: su progenitor Ramón Fuentes Fuentes, pintor y promotor del Evento de paisaje que lleva su nombre, y el gran amigo de su padre, Antonio Pérez Santos, crítico de arte y Presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) en Villa Clara quien falleciera recientemente. De ellos la relevancia de los rostros como pequeñas galaxias.
El artista, con un acertado manejo del color y línea segura, no reinterpreta el retrato, el enfoque está en conseguir al natural una similitud casi exacta con el retratado, la mayoría de manera frontal.
Cada detalle de los rostros es revelador y queda a cargo del espectador decidirlo desde la subjetividad artística atrapante, pues cada imagen, cada persona de las obras parecen quietas, como el que espera para contar una historia.
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