martes, 26 marzo 2024

El poema en la entrega generosa

El Movimiento Poético Mundial propuso se le conceda el Premio Nobel de la Paz al Contingente Henry Reeve.

La poesía es, por naturaleza, esquiva a las reducciones. En los libros perdura, extensa y poderosa; pero fuera de ellos vive en infinitos sucesos de la cotidianidad, grandes y pequeños, extraordinarios para el espíritu sensible que sepa valorarlos.

En los días insólitos que vive el mundo, nada remite más a la hondura de la poesía que el esfuerzo de los médicos durante la pandemia. A riesgo de su propia vida, salvan. Así lo reconocen todas las personas de bien y, por ello, el Movimiento Poético Mundial propuso se le conceda el Premio Nobel de la Paz al Contingente Henry Reeve.

Poetas de Asia, Europa, África, América Latina y América del Norte, reunidos en un encuentro virtual, acordaron respaldar la candidatura de estos médicos cubanos especializados en situaciones de desastres y epidemias graves, como «un acto de justicia y reconocimiento que la humanidad debe rendirle» a todo el personal de Salud.

Justo cuando el mundo celebra el centenario de Mario Benedetti, intelectual comprometido, símbolo del escritor que, por su tiempo, padece y crea; estos poetas, en la misiva desde Medellín al Comité Noruego del Premio Nobel, traslucen la convicción de que el arte debe abrazar las causas más progresistas y situarse del lado de la «entrega generosa».

En la carta, publicada por el sitio web del capítulo cubano de la Red en Defensa de la Humanidad, se afirma: «Los poetas salvan el alma. Los médicos salvan el cuerpo. Juntos trabajamos para preservar el cuerpo, el alma y la mente, esa tríada que sostiene el espíritu humano en su trascendencia, al rendirle un culto a la vida y la belleza como valores máximos de nuestra civilización».

Varias iniciativas, personales y colectivas, respaldan la candidatura al Nobel de la Paz del Contingente Henry Reeve, fundado por Fidel hace casi 15 años, el 19 de septiembre de 2005. En su heroicidad, que refleja la de miles de profesionales de la Salud ante una enfermedad devastadora, se gesta el mejor poema: el de quienes luchan contra la muerte, olvidados de sí mismos.


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