Tesoros en el mar
Los archivos de la metrópoli aseguran que en los mares alrededor de Cuba existen más de 400 galeones hundidos, y solo una pequeña parte de estos han sido hallados e investigados.
La tecnología actual permite la georeferenciación de los pecios, el uso de sonares de barrido horizontal, drones submarinos y otros dispositivos, ayudan en su identificación y exploración.
En Bahía de Cádiz se han encontrado en dos puntos anclas y cañones que pertenecieron a un galeón que se accidentó en el área. Ante la ausencia de otros restos, los expertos creen que los marineros soltaron el peso muerto de la nave y lograron salvar la embarcación.
No todos los pecios al norte de Villa Clara son tan antiguos como los de este galeón
Algunos expertos han promovido el uso de barcos y otras estructuras como refugio para las especies marinas.
Lo cierto es que estos pecios dan lugar a un nuevo tesoro cuando son colonizados por plantas y animales y terminan creando un ecosistema de vida marina, que después puede ser pescado o utilizado en función del buceo recreativo.
En Villa Clara se han realizado acciones intencionadas como estas, aunque hundimientos reales toman igual suerte.
Un mercante que naufragó a inicios del Siglo XX a la altura del meridiano 78, en los mares de la Cayería al noreste de Villa Clara, pudiera ser de utilidad para aquellos que deseen ver como la naturaleza coloniza las estructuras creadas por el hombre.
La hélice luce una anticuada propela de dos aspas y gran parte de su estructura yace a unos cinco metros de profundidad.
Las historias de los Piratas del Caribe indican que muchos de ellos utilizaron nuestros cayos como zona para depredar justo al borde de la ruta del oro hacia España, y no resulta ilógico la posible presencia de otros pecios en el área.
Documentar los incidentes es tarea de los historiadores; organizar la logística necesaria para ubicarles y devolver a la luz sus tesoros, es obra de los hombres de ciencia
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