Hospital “Celestino Hernández”: una lucha contra dos poderosos enemigos
Con la disposición que caracteriza al colectivo de trabajadores del hospital “Celestino Hernández Robau”, esta institución escribe desde inicios de año, nuevos capítulos de entrega y sacrificio a favor de la vida.
Ante el tercer rebrote de la Covid-19 en la provincia, y luego de haber recuperado la rutina de trabajo, el hospital viejo como también se le conoce, volvió a convertirse desde el pasado 11 de enero en centro para la atención a pacientes sospechosos y positivos a la Covid-19.
“ Para los trabajadores de nuestro hospital esta tarea implica una alta dosis de compromiso y sacrificio, pues debemos cumplir con dos misiones importantes al mismo tiempo: atender a los pacientes positivos y sospechosos a la Covid-19 y continuar la atención y tratamiento de nuestros pacientes oncológicos, asegurando su bienestar “, comenta la doctora Fedora Peñate, subdirectora de la referida institución.
En la actualidad el centro dispone de una capacidad de 118 camas distribuidas en 8 salas para los casos de la Covid-19.Hasta la fecha se acumula un total de 456 ingresos, de ellos 293 positivos y 151 sospechosos. En estos momentos permanecen 60 ingresados, 57 positivos y 3 sospechosos.
“Confieso que la Covid-19 ha sido una misión dentro de otra misión, donde al principio sentimos un poco de susto, pues nos enfrentábamos a una nueva enfermedad donde todos aprendíamos y como médicos queremos siempre salvar la vida de nuestros pacientes. Ahora en este tercer rebrote nos sentimos con una mayor experiencia, tenemos dinámicas de trabajo que fluyen mejor, y sobre todo, un mayor desempeños de todos los trabajadores que permanecen en la zona roja”, explica el doctor Manuel Toboso,director del “Celestino Hernández”.
“Mi estancia en la zona roja durante la primera etapa fue una escuela, allí viví diversas emociones y estados de ánimos. Aprendí mucho, sufrí cada vez que un paciente evolucionaba de manera tórpida, pero también viví experiencias reconfortantes, un ejemplo: cuando vi a los abuelos del hogar de ancianos # 3 de Santa Clara recuperarse y salier de alta alegres;fueron momentos de mucha satisfacción, comenta el doctor y especialista en cardiología Jorge Sardá Rojas, quien en estos momentos brinda sus servicios en la sala de terapia intensiva del Hospital Militar “Comandante Manuel Piti Fajardo” .
Y aunque el nuevo coronavirus le ha arrebatado la tranquilidad a estos galenos, obligando a muchos a trasladar sus servicios a otras instituciones, a reforzar de manera meticulosa la vigilancia epidemiológica, la esperanza y el espíritu de sanar a sus pacientes cobran mayores fuerzas.
“Aquí no se para ningún servicio, bajo las más adversas circunstancias se mantienen los tratamientos de oncología y cada paciente recibe su tratamiento tal como dispone el facultativo”, agrega la doctora Fedora Peñate .
“No tengo palabras para expresar la grandeza de cada médico, de cada enfermera, de cada técnico de laboratorio, de cada especialista de radioterapia, hasta de los camilleros.Son muchos los nombres que a diario agolpan en mi mente, y que contribuyeron a mi tratamiento y a que no lo abandonara cuando las quemaduras de la radioterapia mellaron mi voluntad y mis esperanzas. No puedo olvidar al doctor Ernesto, que en la madrugada, al inicio de la radioterapia, me recibía con una frase de aliento y me decía: te queda menos. Al doctor Yunier que siempre me repetía: tienes que bajar de peso para que te sientas mejor; a esas enfermeras de la braquiterapia que impidieron con sus insistentes llamadas telefónicas a la casa, que abandonara el tratamiento, a todo el equipo de cirugía que batalló por más de 6 horas y venció todas las complicaciones. Al camillero de la sala de cirugía, un hombre alegre lleno de amor y buenas vibras para los pacientes. Solo puedo decir que soy una mujer nueva, con ganas de vivir y recuperándome gracias a esos hombres y mujeres que en medio de la Covid-19, continuaron la lucha contra el cáncer “,expresa con voz entrecortada Nereida Cuevas, paciente de Vueltas.
Y es que la vida de cada paciente oncológico es sagrada en este vetusto hospital que reorganizó sus servicios manteniendo las consultas externas, la radioterapia y braquiterapia en la propia institución, bajo estricto protocolo sanitario. Asimismo mantiene 3 salas de ingreso de oncología.
En el Cardiocentro “Ernesto Guevara” se instaló el tratamiento de quimioterapia ambulatoria y las consultas de cardiología. En el Hospital “Arnaldo Milián Castro” se habilitó un salón para la cirugía de tumores diagnosticados que no pueden esperar.
Una lucha contra dos enemigos poderosos enfrentan los trabajadores del hospital “Celestino Hernández Robau”, para quienes el cansancio y el agotamiento son vocablos fuera del diccionario mientras haya una vida por salvar.
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