jueves, 28 marzo 2024

Cierra primer semestre en Villa Clara con 3,6 de mortalidad infantil

El territorio villaclareño cerró el primer semestre de 2020 con una tasa de mortalidad infantil de 3,6 la quinta más baja para este período durante el último decenio.

Villa Clara cerró el primer semestre de 2020 con una tasa de mortalidad infantil de 3,6, en correspondencia con el propósito del país de lograr una tasa por debajo de 4.0 por cada mil nacidos vivos.

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(Foto: Tomada de Internet)

En el último decenio esta es la quinta cifra más baja para los primeros seis meses del año, lo que constituye un resultado alentador al compararse con los de igual etapa del año precedente, que concluyó con 5,1.

No obstante, la natalidad continúa siendo una problemática para la provincia, pues finalizó con 2808 nacimientos, 303 menos en relación con la etapa de enero a junio de 2019.

El Dr. Yandry Alfonso Chang, al frente del Programa de Atención Materno-Infantil (PAMI) en el territorio, subrayó que se acumulan diez fallecidos menores de un año debido a las afecciones perinatales y las sepsis como causas principales.

Al cierre de junio, ocho municipios culminaron con cero deceso en menores de un año: Quemado de Güines, Sagua la Grande, Encrucijada, Camajuaní, Placetas, Cifuentes, Santo Domingo y Manicaragua.

Quemado de Güines, la llamada Tierra del Guajirigallo, alcanza la mayor estabilidad en los resultados del PAMI de manera integral gracias al trabajo consolidado de todo el equipo de salud, en tanto Ranchuelo y Corralillo no muestran un comportamiento deseado.

Respecto al bajo peso al nacer, se logra un 4,7, considerado alto ante el cinco permisible. En ello influye la disminución de los nacimientos, la prematuridad y una cifra de recién nacidos por debajo del peso requerido. En cuanto a la mortalidad materna, lamentablemente se reporta un caso de muerte por causas directas, que eleva el indicador en el territorio.

Al valorar los saldos del trabajo, Alfonso Chang los atribuye a los servicios de neonatología y de cuidados perinatales, del hospital ginecobstétrico Mariana Grajales, y la terapia intensiva del pediátrico José Luis Miranda, que registró un solo fallecido menor de un año en el semestre, con una supervivencia general superior al 95 %.

Contribuyeron, además, la red pediátrica de la provincia, los programas de genética sin decesos por malformaciones graves, y la atención primaria con los médicos y enfermeras de la familia, su eslabón primordial.

Durante esta etapa, la influencia de la COVID- 19 acentuó la organización del trabajo y el pensamiento científico en la búsqueda de soluciones para el cuidado de los niños.

Entre los retos para lo que resta del año figuran la disminución de la prematuridad, la detección de problemas en el crecimiento intrauterino a través del diagnóstico, unido al manejo del síndrome del flujo vaginal, la hipertensión arterial y la diabetes mellitus en las gestantes, así como las medidas para evitar infecciones intrahospitalarias.        


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