martes, 26 marzo 2024

COI mantiene sus intenciones de encender el pebetero olímpico: Anuncian medidas rumbo a Tokio

A pesar de las adversidades y el acecho constante de la COVID-19, los organizadores de Tokio siguen su rumbo y adoptan diferentes medidas para hacer realidad el sueño de encender el pebetero de los próximos Juegos Olímpicos.

Incluso cuando el contexto global está lejos de brindar sensaciones agradables, los responsables de la lid de los cinco aros están aferrados a la idea de llevar a puerto seguro el magno evento multideportivo, programado ahora del 23 de julio al 8 de agosto del venidero año, tras el aplazamiento en 2020 a causa del coronavirus SARS-CoV-2.

Actualmente, no existe sobre la faz de la Tierra una persona o fórmula capaz de predecir cuál será el panorama en el mundo dentro de nueve meses, tiempo que nos separa de la fecha de apertura en el Estadio Olímpico de la capital de Japón.

Atento a la comunidad científica, deseoso del surgimiento de una vacuna sanadora de males y dispuesto a tomar revancha contra el agente patógeno, el comité organizador agolpa sus energías en concretar el plan ideal para despejar el horizonte y otorgar vía libre a una antorcha que frenó en seco su recorrido en marzo último.

Entre mascarillas y distanciamiento

Lejos de la fraternidad defendida por el barón Pierre de Coubertin, Tokio presentó una propuesta de código de conducta que exigirá a los atletas distanciamiento físico y uso obligatorio de mascarilla; evitar roces innecesarios en la Villa Olímpica, y minimizar contactos con la población japonesa y los turistas.

Como parte de la estrategia para garantizar lo primordial, que es la salud de cada uno de los intérpretes de esta obra cuatrienal, los competidores, además, tendrán limitados sus desplazamientos, no podrán hablar en voz alta ni permanecer demasiado tiempo en espacios cerrados y/o concurridos, incluso si llevan protección.

El director ejecutivo de Tokio, Toshiro Muto, comunicó que los participantes serán monitoreados con la ayuda de aplicaciones para teléfonos móviles y pidió disciplina en el cumplimiento de estas reglas, derivadas de los programas que ya tienen lugar en disímiles países.

En declaraciones a la prensa, Muto advirtió que este documento aún no se ha discutido con el Comité Olímpico Internacional (COI), pero afirmó estar seguro que recibirá apoyo de todas las entidades involucradas.

Modo ahorro

También el grupo responsable acordó simplificar 52 capítulos del programa de la lid atlética en pos de adaptarse al contexto de la crisis sanitaria y ahorrar unos 30 mil millones de yenes (alrededor de 238 millones de euros).

En reunión por videoconferencia, el COI y los gestores de Japón establecieron disminuir el número de miembros de las delegaciones participantes, eliminar distintos actos institucionales y aceptar un período de apertura más corto de los espacios de entrenamientos.

Acordamos una serie de ajustes para organizar los Juegos de forma simplificada y menos costosa, expresó el australiano John Coates, presidente de la comisión de coordinación de Tokio 2020 –mantiene el nombre por cuestiones comerciales.

En tal sentido, trascendió que los recortes afectarán la participación de exponentes de las comitivas olímpicas, patrocinadores y otros organismos con representación directa en los Juegos, cuya asistencia se verá reducida entre 10 y 15 por ciento.

Los programas culturales también sufrirán variaciones, entre ellos la sesión del COI, un acto solemne, con actuaciones musicales y discursos de las autoridades, que se celebra horas antes de la inauguración oficial de la competencia.

Por demás, las reuniones de los jefes de delegación de cada país serán telemáticas y disminuirá la cifra de boletos destinados a patrocinadores, así como el número de invitaciones en busca de vender más tickets al público.

De igual manera, serán ajustadas las plantillas de la organización y el número de voluntarios, la escala de la producción de las retransmisiones y la cantidad de espacios temporales, incluyendo sedes de eventos, aunque sin afectar el aforo para los aficionados.

En el encuentro virtual, el presidente del comité organizador, Yoshiro Mori, manifestó que se pudieron tomar ‘medidas más llamativas y atrevidas’, pero ‘hay unas reglas generales que cumplir’ en el marco del COI y, por tanto, solo se centraron ‘en simplificar aspectos no esenciales’. Mori hizo énfasis en las actividades festivas, razón por la cual todavía siguen en el aire los ajustes de las ceremonias de apertura y cierre de los Juegos para que no sean ‘de una magnitud excesiva’.

Luz verde, con o sin COVID-19

Los decisores ratifican continuamente la intención de desarrollar la justa con o sin la Covid-19, incluso de no existir una vacuna contra el patógeno, aunque –también repiten- con la seguridad de los atletas como objetivo principal.

Thomas Bach, titular de la institución del olimpismo, insiste en la necesidad de garantizar un entorno seguro. ‘Nos estamos preparando para afrontar todos los diferentes escenarios posibles’.

‘Sólo hay una premisa básica e imprescindible: La máxima prioridad es que estos Juegos Olímpicos sólo tendrán lugar en un entorno seguro para todos, dijo Bach hace algunas semanas al canal de televisión Eurosport.

Según el exesgrimista, titular de Montreal 1976, se desconoce cómo será todo dentro de un año, por lo cual calificó de ‘gigantesca labor la preparación con miras al evento deportivo más complejo del mundo’. Asimismo, afirmó que la próxima edición de las olimpiadas podría abrir un camino de esperanza al planeta después de tanta incertidumbre y dolor como consecuencia de la crisis sanitaria.

‘Puede ser un gran símbolo de esperanza y resistencia, pero también de solidaridad. Lo que hemos aprendido de esta crisis, es que sólo podemos superarla si somos solidarios unos con otros’, espetó Bach.

Así, en plena carrera por una vacuna, salvaguardar a los seres humanos y contener las nuevas oleadas de casos, el mundo observa un halo de luz y se torna dialéctico con la posibilidad de cerrarle el paso al desconcierto olímpico luego de un aplazamiento inesperado, pero necesario.


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